30 Días - 30 canciones: Día 9 - Una canción que te ponga feliz

KÖLSCHE JUNG - Brings (2013)

Kölsch: Dialecto de Colonia, Alemania
Jung: Joven
Kölsche Jung: Joven de Colonia

Creo que lo primero que a la mayoría nos viene a la mente al pensar en Colonia es la magnífica catedral gótica. Lo segundo, el carnaval, que es celebrado a lo grande. No como en Berlín en donde a nadie le interesa. Como mi vida alemana ha transcurrido aquí en Berlín,  los carnavales para mi eran solo un bonito recuerdo de mí infancia en Venezuela.

Yo había visitado Colonia unas cuantas veces en diferentes épocas del año, es una ciudad bien simpática, como con buena energía. Pero no fue hasta mis primeros carnavales cuando tuve la experiencia de 'vivir' la ciudad a su máximo esplendor y locura. 

El jueves de carnaval subimos al metro y fue como si hubiésemos cruzado un portal a un mundo paralelo. A mi derecha un marinero, por aquí una zorra con un conejo, por acá una muñeca de trapo abrazando a Waldo, a la izquierda una chica con un sombrero de plumas rosadas y más allá más colores, más escarcha, más disfraces. Todos disfrazados hablando, bebiendo y riendo a la vez.

Y por supuesto, la música saliendo de todas las esquinas. 

La música es parte integral de la fiesta (tan importante como las gaitas decembrinas). La mayoría de las canciones son cantadas en el dialecto de la región lo que les da el toque de orgullo local, Muchas canciones tratan temas tontos o divertidos y muchas mas tienen un mensaje de amor por la ciudad.

Así llegamos a la canción de hoy, Kölsche Jung. 

En cuanto comenzó el Oh Oh Oh Yeoh! fue como si una corriente de energía hubiese pasado por el aire impulsando a todos los presentes a pararse a bailar, a brincar y a bramar.

Y yo, en el medio de la pista con mi disfraz de minion lila, bailando con mi Marinero, rodeada de sus amigos en ese lugar extraño, en un bar lleno de criaturas de otras galaxias. 

Yo, tarareando una canción desconocida, en un idioma inexplicable y sin poder entender el texto, pero reconociendo el sentimiento. Conocía esa sensación de pertenencia, esa experiencia familiar de cuando cantas y bailas con tus amigos de toda la vida una canción que habla de tu hogar. Sentí mi corazón llenarse de nostalgia y felicidad. 

Supe en ese momento que con ese Marinero que cantaba conmigo, mi Kölsche Jung, estaba mi futuro y mi nuevo hogar. 

 



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