30 Días - 30 Canciones: Día 8 - Una Canción sobre Drogas o Alcohol


KAYA
 - Bob Marley


Por un tiempo trabajé en la barra de un barco anclado en el Spree llamado Hoppetosse MS. 

Inicialmente el barco iba a ser un restaurante, pero para atraer a más público comenzaron a alquilarlo para hacer fiestas de cualquier tipo.

Los eventos eran variados. Un día Tango o Jazz en la terraza y al día siguiente HipHop o Techno en el sótano. A veces, el barco se llenaba tanto que yo pensaba que nos íbamos a hundir y otras veces eran reuniones privadas y tranquilas con pocas personas. 

(Una vez vino un DJ pretencioso con su novia y ni un invitado! El tipo juraba que era Paul van Dyk y la novia bailaba sola mientras que mi colega y yo arañábamos las paredes de lo terrible que era la música. Hasta que no aguantamos más, mi colega fue a decirle "basta!" y yo apagué la consola).

También habían fiestas que se repetían regularmente. Todos los jueves se llenaba el barco de amantes de Reggae en una fiesta llamada "Grooving Smokers".

Esos días eran super divertidos. La gente no consumía mucho alcohol (solo acababan con el jugo de banana) y el trabajo era relajado, dándome la oportunidad de ir a bailar una que otra canción. 

Una canción que nunca faltó fue Kaya de Bob Marley.

Desde la barra teníamos una vista panorámica del todo el local: el DJ con su séquito, la gente hablando, cantando y bailando y la nube de humo con ese olor particular inconfundible. 

Al terminar la fiesta y comenzar a recoger, todavía se sentía la nube de humo en el ambiente. Especialmente en el supuesto salón de fumadores de donde todo el que iba a buscar los vasos que estaban allí, regresaba con los ojos chiquititos y la sonrisa de bobo. 

Habían veces en que tardábamos mucho más tiempo del necesario cerrando el local, porque en vez de sentarnos a contar el dinero, nos sentábamos a contarnos nuestras vidas. O comenzábamos a contar y entre risas y "cuenta tú!, no tú!" perdíamos la cuenta y teníamos que comenzar de nuevo.

Al final de la jornada, a tempranas horas de la mañana, me iba para mi casa cansada, contenta y bastante relajada.


Como no tengo una foto de las fiestas en el barco, les dejo un par de ilustraciones realizadas en aquella época por mi querida Rosalía. 

Quien un día, después de haber escuchado por horas mis cuentos, decidió hacer una especie de historieta con escenas de mi vida.







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