30 Días - 30 canciones: Día 6 - Una Canción que te haga querer bailar

 ANOTHER NIGHT - Proyecto Uno (1993)

Yo tenía muchísimo tiempo sin escuchar esta canción, casi que había olvidado su existencia. Pero el año pasado una lista aleatoria de Spotify me la recordó. En cuanto comenzó a sonar solté la cédula y comencé a bailar sola recordando el momento que ahora cuento.

Por allá por 1997 fui a Miami con un grupo de amigos por un fin de semana. 

(Ese fin de semana completo podría ser otra serie de cuentos, comenzando con la razón principal del viaje que es uno de los highlights de mi vida, fuimos a nuestro primer concierto de U2. Definitivamente, cuando hagan la película de mi vida, escenas de ese viaje van a estar en el trailer.) 

En la noche del viernes fuimos a un club de música latina. Con nosotros estaba R., él era amigo de uno de los chicos del grupo y me lo habían presentado esa tarde al llegar a Miami. Al entrar al club nos fuimos todos directamente a la pista de baile y R me tomó de la mano para bailar un merengue. 

Empezamos a bailar con la separación típica de dos personas que no se conocen, pero ya va... Qué es esto? Quién es este señor? Todo cuadra perfecto! Fue como si hubiésemos bailado juntos toda la vida. Nos vemos las caras y con un reconocimiento tácito, nos acercamos un poco más. 

Fue eléctrico!

Merengue, bachata, salsa, otro merengue. No se cuántas canciones bailamos en ese momento. Al rato, ya medio deshidratados, decidimos hacer una pausa para beber algo. En la barra pedimos dos Cuba Libres y buscamos a los otros, pero estaban todos dispersos por la pista de baile, nos quedamos en la barra.

Salud! 

Respiramos profundo, todavía jadeando y sonriendo tomamos un trago, respiramos de nuevo. Casi no habíamos conversado y en el momento en que vamos a intentar un poco de small talk comienza la canción del día de hoy: "... Mabel*, qué hora es ... ?" 

Yo, estirando la espalda y poniendo el vaso sobre la mesa le digo digo "ésta me encanta" y él dice "qué va, esto no pasa todos los días" me tomó de la mano y volvimos a la pista dejando los tragos olvidados. 

Es simplemente fantástico encontrar una pareja de baile con quien el ritmo fluya de manera casi imperceptible con cada paso. Siempre recordaré a R. con mucho cariño por esa bailada tan sabrosa.

(*me acabo de enterar que dicen Mabel, siempre he cantado a ver)

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